domingo, 9 de noviembre de 2014

Amigos

Creo que necesito amigos. Supongo que cuando estás tan afectada por tus emociones y en vez de hablar con alguien objetivo acerca de eso lo publicas en facebook básicamente significa que no tienes amigos... eso y que estás pidiendo consejo a gritos. Pero ignoremos mi texto deprimente de ayer porque como toda adolescente de 16 años mi miseria se ha hecho algo así como menos importante en estas 24 horas o el número de horas que hayan pasado desde entonces, así que mejor pasemos a otro tema.

Como he dicho en mi escrito anterior mi carta es la de el Ermitaño (ese viejo de barba blanca que se sostiene con un bastón y carga una linterna para alejar la oscuridad), si bien ésta carta predica sabiduría también habla de la soledad y si hay algo que no define la palabra soledad es la amistad y todo su significado.

Hay muchas cosas que yo no puedo entender de las decisiones que ha tomado mi familia o simplemente me parece un poco extraño considerarlas pero la más corta y acertada forma de explicarlo es decir que yo y mis hermanos no llegamos a esta vida para tener amigos.

No hace mucho tiempo, a principios de años conocí a la que pudo se una buena amigo mía si yo no hubiera decidido desaparecer de su vida y borrarla de la mía. Su nombre era Mar y era un año menor que yo, pero a pesar de eso ella sabía más del mundo que existe fuera de la casa de uno. La gustaba fumar, coqueteaba con muchos chicos y estos le respondían de vuelta, era sincera acerca de las cosas y no tenía problemas con divertirse con el alcohol y las sustancias ilegales, básicamente una opuesta total a mí. Cuando la conocí me emocioné porque ella era ese cliché que mi madre quería evitar que fuera y también me divertía mucho observar su comportamiento tan propia de un personaje de ficción. Eran curiosas las cosas que me atraían a hablar con ella. Pero cuando salia con ella sabía que era el tipo de persona que es infinitamente amigable de una forma bastante fugaz, también noté que no tenía ningún problema en recurrir a la venganza con la gente. Ella nunca había sido mala conmigo intencionalmente, me había contado cosas bastante personales y más de una vez quiso que la acompañará a fiestas pero sin problema alguno la eliminé de mi lista de contactos y la bloqueé junto a amigos que teníamos en común. Ella no conocía mi numero telefónico, así que como dije desaparecí de su vida y no creo que alguna vez me la vuelva a encontrar.

Todo mundo necesita amigos, aunque no sean de los buenos por lo menos necesitas alguien para salir divertirte y aunque yo en ese momento buscaba amigos decidí sin más borrarla.
No hubo ninguna pelea, no hubo ningún problema presente, no era por alguna influencia o porque pensará que no debía de juntarme con ese tipo de gente, sino porque... creo que no quería desperdiciar mi tiempo.
No me entiendo, no lo hago. Pero es normal que yo misma creé este muro a mi alrededor ante la gente que quiere hablar conmigo, es normal que yo misma aleje a los demás de mi.
Fue tan hipócrita hablar sobre mi aislamiento antes cuando yo misma me aíslo de los demás cuando no hay nada que me detenga a entablar una conversación con alguien. Sé que la mayoría de las veces soy yo la que se jode a sí misma y soy tan masoquista al haberme compadecido por eso antes. 
Quiero tener amigos y rodearme de gente que no siempre comparta la misma opinión que yo, pero a la vez me parece ridículo que alguien esté interesado a en mis pensamientos tan egoístas.
No quiero menospreciar a la gente como mi familia me ha dicho que haga, no quiero ver a la gente como perdidas de tiempo y simplemente eliminarlas de mi vida. Quiero vivir y ser estúpida.  

Ahora que lo pienso... mi madre nunca se preocupó de que Mar fuera una persona de moral cuestionable o de que clase inferior y yo nunca me preocupé de hablar sobre ella a detalle.
Creo que la usé como un experimento. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario